viernes, 17 de mayo de 2019

Casa de muñecas, Henrik Ibsen


El noruego Ibsen es considerado el gran renovador del teatro moderno. Su teatro es conocido con el nombre de "teatro de las ideas" y es considerado el creador del teatro psicológico, el cual se caracteriza por presentar los conflictos ideológicos existentes entre el individuo y la sociedad.

 El tema preferido del teatro de Ibsen es el derecho del individuo a su plena realización personal, frente a las convenciones sociales y morales que coartan su libertad. En su época, sus obras fueron consideradas escandalosas, por cuestionar el modelo de familia y de moral imperantes. En la actualidad, sus obras continúan teniendo plena vigencia y siendo representadas con asiduidad.

La obra dramática de Henrik Ibsen puede dividirse en distintas etapas. En la primera de ellas, escribe dramas románticos en verso, en los que recoge la tradición, el carácter y el folclore noruegos. A esta etapa pertenece, por ejemplo, su obra Peer Gynt (1868), protagonizada por un aldeano, adolescente y soñador, que fantasea con ser rico e influyente, pero que, tras numerosas peripecias, ve cómo su destino se cumple, a pesar de todo lo que él ha hecho durante varios años para evitarlo.

 A partir de 1879, Ibsen inicia una segunda etapa caracterizada por la crítica social. Es esta su etapa más fructífera y en ella, Ibsen se interesa por los problemas sociales de su tiempo, a la vez que cuestiona los fundamentos de la sociedad burguesa. De esta época son sus dramas más conocidos: Casa de muñecas (1879), Espectros (1881), Un enemigo del pueblo (1882) y El pato salvaje (1884).

 Este teatro presenta, entre otras, las siguientes características:
• Análisis de conflictos de índole moral, centrados en el enfrentamiento entre la verdad y la mentira o la hipocresía. De ahí que sus obras sean calificadas como "dramas de ideas".
 • En otras ocasiones, se trata del choque entre la libertad del individuo y los convencionalismos sociales de la burguesía de la época o, también, entre el ser humano y el destino.
 • Personajes con unos rasgos muy bien delimitados y estudiados psicológicamente, especialmente los femeninos.
• Gusto por el teatro clásico y respeto de las unidades.
• Escasez de acción externa y gradación ascendente de la tensión dramática.


Su obra más conocida es Casa de muñecas  , en la que lleva a cabo una denuncia de la situación de la mujer en el ámbito familiar y social. Su protagonista, Nora, se convirtió en símbolo del feminismo y su autor en abanderado del mismo. La obra se estrenó en gran parte de los países de Europa con una enorme polémica, pues resultaba inevitable posicionarse a favor o en contra de su protagonista y eran muchos quienes opinaban que la obra suponía un ataque a los fundamentos de la familia.

En otra de sus obras, Un enemigo del pueblo,  un hombre acaba siendo considerado enemigo del pueblo porque se opone a la sociedad corrupta y materialista que le rodea. Representa el drama de quien, movido por sus profundas convicciones personales, actúa en oposición al pragmatismo de la sociedad.

En su tercera etapa, Ibsen cultiva un teatro de carácter simbólico, en el que sustituye la denuncia social por el análisis de los conflictos individuales y existenciales. Su obra más representativa de esta etapa es Hedda Gabler  (1890).

(Desde aquí puedes acceder a un estudio detallado sobre la obra de Ibsen y, en especial, de Casa de muñecas)






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